Las 5 Palabras Clave para Ayudar a Tu Hijo con TDAH

El concepto de TDAH es solo un título o cartel que se les ha dado a las personas que mantienen una actividad oscilante en la atención y concentración, lo que lleva a aumento de la actividad motriz persistente o no según el medio ambiente donde se encuentre.

Estas situaciones que no son al azar, son solo oportunidades para resolver conflictos internos no resueltos tanto de madre, padre y familias que a través del hijo pueden revivir situaciones que de otra manera no se podrían resolver si no es a través de un gran acto de amor y cambio interno.

Sabemos que el medio ambiente es uno de los factores mas predisponentes a un ADN susceptible que ha sufrido información de dolor, rechazo y abandonos y que viene a mostrar la forma de sanar esa estructura tóxica familiar. Es verdad que el desafío diario puede ser algo sorpresivo y paralizante, pero solo viene a mostrar todo el poder, valentía y confianza que tienes en tu interior para modificar conductas tóxicas ancestrales en ese linaje familiar por lo cual tomarlo como una nueva oportunidad de sanar heridas, podemos vivirla desde el punto del amor y confianza hacia uno mismo.

 Muchas familias  se sienten abrumados por la lucha constante para ayudar a sus hijos a encontrar el equilibrio en sus vidas. Sin embargo, hay herramientas y estrategias que pueden facilitar este proceso. En este artículo, exploraremos cinco palabras clave que pueden transformar la vida de un niño con  TDAH: organización, orden, rutinas, hábitos y repetición. Estas palabras no son solo conceptos; son principios que pueden ayudar a estructurar la vida diaria y mejorar el bienestar de los niños y sus familias a través de una empatía en el sentido de acompañarnos en el camino transitado del día a día.

1. Organización: La Clave para un Entorno Efectivo

La organización es fundamental para cualquier hogar.  Imagina que el cerebro de tu hijo es como una casa desordenada; cuanto más organizada esté, más cómodo y eficiente será el espacio. La organización implica establecer un sistema claro que permita a tu hijo saber dónde están las cosas y cómo acceder a ellas. Esto no solo reduce la frustración, sino que también ayuda a tu hijo a desarrollar habilidades de autoconfianza. En este proceso estaremos sanando  heridas de abandono en su ADN. El orden nos permite tomar confianza de que nada se pierde, todo está en su lugar.

Para mejorar la organización en casa, considera los siguientes pasos:

  • Identifica áreas desordenadas: Evalúa qué espacios necesitan más estructura y organiza cada uno de ellos.
  • Crea un sistema de almacenamiento: Utiliza cajas, estantes y etiquetado para que tu hijo sepa dónde va cada cosa.
  • Involucra a tu hijo: Permítele participar en el proceso de organización para que se sienta parte del cambio.
  • Puedes utilizar pictogramas o dibujos : permiten tener más claro la ubicación de las cosas o la utilización de las mismas

2. Orden: Mantener la Estructura

El orden es la continuación de la organización. Una vez que hayas establecido un sistema organizado, es crucial mantenerlo. Esto significa que todos en la casa de alguna manera tendrá que colaborar desde sus posibilidades en mantener un orden de las cosas y de los eventos que vayan sucediendo a lo largo del día, transmitiendo seguridad y confianza de que está todo bien, de que nada que salga de lugar o de la rutina, no pueda volver al orden nuevamente. Tomar esta actitud como estresante lleva a generar más hiperactividad, pero, tomar esta rutina en amor y relajación llevará a la sanación de los síntomas y mayor bienestar. Mantén el foco en que estas sanando heridas ancestrales, heridas de abandono y de rechazo y eso te llevará a ser más amable contigo mismo y con tu niño.

Algunas estrategias para mantener el orden incluyen:

  • Establecer rutinas diarias: Tener horarios para actividades como la limpieza, para lectura, juego, autocuidado, puede ayudar a tu hijo a recordar su responsabilidad.
  • Revisar regularmente: Dedica tiempo cada semana para revisar, reorganizar, despojarte de lo que ya no necesitas, compartir estos momentos con tu hijo hará afianzar la confianza y la responsabilidad individual.
  • Fomentar la responsabilidad: Anima a tu hijo a ser responsable de su espacio y a mantenerlo ordenado a través de mostrar con el ejemplo, evitando dar órdenes o reclamos innecesarios, sabiendo que el niño lo puede hacer a través de la confianza que le transmitamos.

3. Rutinas: Creando Hábitos Saludables

Las rutinas son esenciales en la vida de todos los niños. Las rutinas ayudan a tomar consciencia de las acciones, lo que reduce el estrés en la carga cognitiva. Cuando un niño sigue una rutina, baja el estado de ansiedad por no saber qué viene después y se permite disfrutar más el presente.

Para establecer rutinas efectivas:

  • Define horarios claros: Establece horarios fijos para actividades diarias como levantarse, comer y dormir.
  • Utiliza recordatorios visuales: Los gráficos de tareas o listas pueden ayudar a tu hijo a recordar lo que debe hacer.
  • Haz que sea divertido: Convierte las rutinas en juegos o desafíos para mantener el interés de tu hijo. Ante todo que sea también divertido para ti. Verte disfrutar el proceso hace mas relajante el día a día. Puedes colocar recordatorios visuales de tus actividades comparadas a las actividades de tu niño y eso generará más confianza y acompañamiento en el día a día.

4. Hábitos: Construyendo una Base Sólida

Una vez que tu hijo se sienta cómodo con las rutinas, es hora de transformarlas en hábitos. Los hábitos son comportamientos que se repiten regularmente y que se vuelven automáticos con el tiempo. Aunque los hábitos llevan a comportamientos automáticos y pueden llevar a la desconexión del propio centro del ser, en ciertos aspectos y por un tiempo puede ser beneficioso hasta desarrollar una consciencia del porqué hago lo que hago en el día a día.

Para fomentar buenos hábitos:

  • Modela el comportamiento: Sé un ejemplo a seguir en cuanto a la organización, orden y sobre todo con la liviandad y alegría con que vives cada día. Recuerda que los hijos harán más lo que haces y cómo lo haces, que lo que dices.
  • Refuerza positivamente: a través de preguntas como: te has sentido contento con lo que has hecho, has disfrutado el proceso, te has divertido, como te has sentido haciendo esto o aquello.
  • Practica la paciencia: la paciencia es lo que estás trabajando contigo mismo a través de tu hijo, por lo que tómalo como una oportunidad. Recuerda que estas sanando heridas en tus memorias de ADN y de tu propia infancia. Estas sanando darte tu tiempo y tu orden.

5. Repetición: La Clave para el Aprendizaje

La repetición es crucial para todo tipo de aprendizaje y si se acompaña del componente emocional más aún. La repetición ayuda a reforzar el aprendizaje al revisar la información en intervalos regulares. Esto no solo mejora la memoria, sino que también ayuda a establecer patrones de comportamiento positivos.

Para aplicar la repetición en el aprendizaje:

  • Revisa la información regularmente: Dedica tiempo cada semana para repasar los logros obtenidos, los desafíos pendientes.
  • Usa diferentes métodos de enseñanza: Combina juegos, actividades prácticas y visuales para hacer el aprendizaje más atractivo, utiliza sobre todo con el que más te sientas a gusto vos mismo y eso hará que el componente emocional del entusiasmo se transmita a través de la acción y así se genere aprendizaje más rápido.
  • Fomenta la auto observación: les permitirá a reflexionar sobre lo que ha aprendido y auto valorarte para generar más confianza y seguir con el próximo nivel.

Conclusión

Las cinco palabras clave que hemos desarrollado —organización, orden, rutinas, hábitos y repetición— son herramientas poderosas para ayudar a los niños con tildes de TDAH, permitiendo desarrollar un sentido de confianza y desapego en sus vidas. Implementar estas estrategias no solo beneficiará a tu hijo, sino que también mejorará la dinámica familiar y reducirá el estrés diario.

Recuerda, cada niño es único y cada familia trae sus propias heridas por lo que la clave está en ser flexible y amable con uno mismo, estar dispuesto a cambiar viejos patrones de dolor y sufrimiento para cambiarlas por el amor y la compasión de uno mismo a través de las oportunidades que nuestro hijo nos da.

Anímate a dar el paso con firmeza y amor y todo fluirá.

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